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Subida al Angliru de Vila Raiders
25, 26 y 27 de Marzo de 2011

Salimos de Mérida, ya entrada la noche, camino de Salamanca donde descansaremos camino de nuestro destino allá por Asturias un puerto llamado "Angliru". Olimpo del ciclismo, muestra un cartel a los pies de la montaña.

En principio decidimos subir el Sábado por la tardepero el tiempo no es favorable y podríamos tener problemas si se hace de 1noche, con lo que cambiamos la fecha de ascensión al Domingo por la mañana.

Aun así, esa tarde hicimos una primera valoración del terreno con el coche, los seis primeros Km no parecen muy complicados pero los seis y medio restantes son insuperables incluso en coche, que en el ultimo tramo ya empieza a patinar y oler de un modo preocupante. Por lo tanto decidimos dar media vuelta, a falta de dos Km para la cima.

Esa noche la pasamos en Oviedo, probando la sidra escanciada, pero sin pasarnos que tenemos que estar frescos para la mañana.

El Domingo temprano, después de un abundante desayuno, emprendemos el viaje a la Vega de Riosa, localidad en la que empieza la subida al puerto.

Los primeros seis Km, como teníamos previsto, no ofrecen a penas resistencia pero desgastan un poco a la hora de afrontar la segunda mitad. En esta mitad ya empezamos a sentir las duras pendientes del 20 - 21,5 – 23,5% y sus curvas infernales con nombres propios, Las Curvas de Les Cabanes, Llagos, La Curva Los Picones, La Curva Cobayos, etc...

Tras unos esfuerzos físicos y mentales, nunca experimentados en otras rutas, y algún pique entre compañeros, conseguimos llegar al punto más duro, en el que la noche antes el coche nos hizo dar media vuelta. Sebastián es el único capaz de superarlo sin hacer un alto para ver el paisaje y dejando claro, que en los dos restantes Km, no va a tirar la toalla por mucho frío o nieve que le caiga.

 

Una vez arriba, tras reponer fuerzas y admirar las vistas de Oviedo y Gijón a lo lejos, comenzamos nuestro viaje de vuelta que no es tan duro como la subida pero sí peligroso, por la pendiente y curvas tan pronunciadas. Llegando al punto medio nos encontramos con un ciclista que comenzaba el ascenso y con una sonrisa pícara lo saludamos y animamos a continuar.

 

 

 

 

Ha sido toda una experiencia a la que decidimos volver con los compañeros al completo y mejor equipados.